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Cuando amamos a una persona y estamos bien con ella siempre pensamos que eso durará para siempre… pero está claro que en muchas ocasiones nos equivocamos, porque al final terminamos con una ruptura que nos acaba partiendo el corazón y nos hace pensar en todo lo que hemos dejado atrás por esa persona, y en la manera en la que nos lo paga. En muchos casos, tras una ruptura imprevista de este tipo hay una relación con un tercero de fondo. Es decir, una infidelidad. Esto se hace mucho más grave cuando se da dentro del matrimonio, por supuesto, ya que esa pareja había construido un hogar juntos y se habían prometido, tiempo atrás, compartirlo todo. Pero a veces el amor se apague o no es suficiente…
Encontramos que las relaciones extramatrimoniales están detrás de una buena parte de las rupturas de las parejas en los últimos tiempos. Ya sea una relación larga y continuada en el tiempo o un simple escarceo que la otra persona no es capaz de perdonar, esos deslices acaban siendo definitivos para romper una relación que se había construido en el cariño, el amor y el tiempo. Un fallo, tal vez un error, o simplemente una manera de cambiar de aires, de intentar salir de una situación que tampoco nos agradaba… Son muchas las razones que motivan a alguien a buscarse una relación extramatrimonial, y aunque es complicado saber quién está más dispuesto a ello, nosotros vamos a analizar el tema en profundidad par allegar a alguna conclusión.
Una práctica en auge
Lo cierto es que parece que cada vez son más los que se buscan una aventura fuera del matrimonio, y es que es algo que no solo está en auge sino que parece casi normalizado a día de hoy. No es tan grave como hace tiempo y hay quien incluso entiende que su pareja no pueda estar todo el tiempo con la misma persona, así que se toma esa decisión, la de permitir alguna que otra aventura extramatrimonial. Esto se puede dar tanto de forma explícita, abriendo un poco más la relación y permitiendo que nuestra pareja esté con otras personas, y también de forma implícita, haciendo como que no sabemos nada de esas relaciones extramatrimoniales, para no darles más importancia o para mantener de todas formas nuestra pareja.
Internet también ha favorecido muchísimo este auge de relaciones fuera del matrimonio, porque ahora es más fácil que nunca “engañar” a nuestra pareja, quedando con otras personas que hemos conocido en las redes sociales, o utilizando nuestro teléfono para contactar con ellas de una manera segura. De hecho, hay páginas que incluso ofrecen este tipo de opciones especiales, como Ashley Madison, que no tiene ningún reparo en asumir que es una página para adúlteros, para personas que engañan a sus parejas, y que quieren hacerlo con toda la seguridad del mundo y bajo unas condiciones muy específicas. Esto facilita muchísimo el engaño a todos aquellos que quieren llevarlo a cabo, y hace que la situación se agrave aun más.
¿Significa esto que ya no hay amor en la pareja?
Esto dependerá mucho del tipo de pareja que tengamos y de cómo sea cada cual. Evidentemente, entendemos que una persona que engaña a otra y tiene una aventura extramatrimonial a espaldas de su pareja no la debe querer mucho, porque sabe que eso la hará sufrir y aun así, no lo evita. Sin embargo, hay situaciones en las que la rutina se convierte en un agujero negro para la relación. Si ambos están de acuerdo en que lo mejor para la pareja es que puedan tener este tipo de relaciones, tal vez no sea tan mala idea, porque una cosa es el sexo y otra muy diferente el amor y la complicidad que se puede tener con esa persona con la que en principio has decidido pasar toda tu vida. El amor está más allá de las necesidades físicas, pero también se puede ver afectado por ellas, por supuesto.
Quiénes son los que más lo hacen
Siempre se ha comentado, sin datos concluyentes desde luego, que los hombres son más proclives a tener este tipo de relaciones fuera del matrimonio, porque no pueden estar solo con una mujer y son incapaces de aguantar las ganas de acostarse con otras. Normalmente se solía señalar a los hombres cercanos a la cuarentena, que llevaban ya unos años casados y que estaban empezando a estar hastiados del matrimonio. Su mujer envejecía pero las chicas que veía por la calle seguían siendo ardientes, sensuales y guapísimas. Así es como caían en la tentación de disfrutar con ellas de una aventura, ya fuera puntual o prolongada en el tiempo. Sin embargo, esto puede ser un prejuicio tan complicado de probar como cualquier otro.
Con los datos en la mano se ha descubierto que los hombres son más infieles, pero no con una diferencia tan grande como se esperaba. Hay muchas mujeres que también toman ese camino y se buscan amantes, sobre todo más jóvenes, para volver a disfrutar de esa pasión intensa y espontánea que ya dejaron atrás hace tiempo con el matrimonio. Es una situación que tiene que ver con la persona y con su entorno, no tanto con su sexo o género, como se ha podido comprobar en los últimos estudios, que también apuntan a que las personas con mayor experiencia en el sexo también suelen ser los más proclives a engañar a sus parejas.
¿Se puede disfrutar eternamente de estar relaciones?
Las relaciones extramatrimoniales suelen comenzar como un parce para la propia relación matrimonial, y pocos se lo plantean realmente a un medio o largo plazo. Y sin embargo, hay gente que ha mantenido esa relación con sus amantes durante décadas, de una manera más o menos intensa, según el momento, y a veces incluso sin abandonar su propio matrimonio. El hecho de estar con otra persona con la que no deberíamos también suma un poco de morbo a la situación, que es algo que muchos buscan en este tipo de relaciones, y que se perdería si la hiciéramos más “oficial”.
